jueves, 5 de abril de 2012

DIARIOS ESTELARES. EDICION SALMÓN

ESPECULACIONES SOBRE EL TIEMPO Y LA RELATIVIDAD


El planeta OING es un paraíso fiscal que pertenece al mismo Sistema Solar que el planeta Chancho.
Nos dirigimos a una de sus sucursales bancarias para abrir una cuenta naranja. Nos atendió el Sr. Aserejé que se nos presentó como nuestro asesor financiero. En pocos minutos nos explicó como funcionaba su sistema de especulación. Tendríamos que depositar 10000 belarminos (la divisa oficial de la República de OING) en una libreta de plazo fijo. A continuación deberíamos emprender un viaje a mayor velocidad que la luz hasta los confines de la galaxia y regresar. Para nosotros habría transcurrido apenas un mes pero en tiempo OING habrían pasado mil años, por esas paradojas de la relatividad. Y los intereses de mil años suponen una pasta gansa.
Sozzap desparramó todas las monedas de su hucha en la mesa de aquel despacho. Sozzap por carecer carece hasta de personalidad jurídica por lo que no le permitieron contratar la cuenta, así que tuve que firmar yo aquel contrato, con sangre.
Seguimos las instrucciones al pie de la letra, emprendimos el viaje y al regreso actualizamos aquella libreta. Éramos ricos.
Animados por la experiencia, reinvertimos capital e intereses y repetimos la operación. Al cuarto viaje no había dinero en toda la galaxia para pagarnos. Aun así, por ver que pasaba, decidimos emprender una última expedición.
A nuestro regreso fuimos recibidos en aquella oficina por un tristón empleado vestido con manguitos y visera de celuloide. Nos explicó que un golpe de Estado había abolido la República y Aserejé I había sido nombrado emperador. Entre otras medidas había decretado la devaluación de la moneda, un corralito financiero, y los antiguos belarminos habían sido canjeados por los nuevos mortadelos al cambio de 1 gogol de belarminos por cada mortadelo. Lo habíamos perdido todo.
Aquel desesperado cajero nos relataba los hechos con lágrimas en los ojos. Era una víctima más de aquella situación.
Sozzap tuvo entonces un gesto que le honra. Antes de abandonar la sucursal con la cabeza muy alta, dejó olvidada, disimuladamente para no ofender la dignidad de aquel pobre hombre, su bolsa de la merienda junto a la ventanilla. ¡Con lo que a él le gustan los Tigretones y las Panteras Rosa!

6 comentarios:

  1. Mira, pues esadelblog ayer paro en una gasolinera, expresamente para comprarse una pantera rosa.

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    1. eSadElBlOg, que suerte, ayer también quise comerme una Pantera Rosa en la tienda de una gasolinera de Repsol y Cristina Kirchner me la arrancó de la mano y la devoró entre risas argentinas.

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  2. Pues yo invertí todos mis belaminos en una empresa extractora de combustible para naves (LOSPER) y me pasó lo mismo, cuando aterricé en OING, estaba gobernado por la princesa del Botox que fue la que me la vendió y me dijo que ahora se la quedaba para vendersela a unos chinos intergalácticos, (eso si con las deliciosas risas argentinas).

    No somos nada.

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  3. No se preoupe que te van a canjear las acciones por un par de sesiones de terapia con un psicóanalista que es la bomba.

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    1. No me extraña que lo quieras tanto.Es que el chiquitín tiene unas cosas que le honran.

      Por lo que leo hasta en la Galaxia llegan los productos toxicos de estos (...)enserejesados; la madre que los parió chimpón.

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  4. Bertha, la basura espacial llega a todos los confines del Universo.

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