domingo, 29 de abril de 2012

DIARIOS ESTELARES.

PERDIDOS EN EL ESPACIO (Por culpa de la Guía Michelín)





Circulábamos por la autopista espacial Bilbao-Behobia cuando tomamos la salida 13 a la altura de Finisterrae. Un panel de carreteras nos anunciaba:
“Lasciate ogne speranza, voi ch’ intrate”.
Manía que le ha entrado a la diputación foral de poner las señales sólo en euskera.
Poco a poco, en el retrovisor vimos extinguirse la luz de las últimas estrellas. Al final, la oscuridad más absoluta. Miramos angustiados por las cuatro escotillas buscando, en vano, un punto de referencia. ¡Nos habíamos metido, por error, en Smenta, el desierto de las arenas de la Nada!

La soledad, gota a gota, fue calándonos hasta los huesos y el vacío exterior se fue filtrando en nosotros por ósmosis, provocándonos un insufrible vacío interior. En estos casos lo más sensato es hibernar.

*********Milenios luz después **************

¡Buuuaaahhh! Sozzap se despereza y bosteza con la discreción de un hipopótamo aburrido. Siempre se despierta de un humor insoportable que le dura hasta que se toma su primer café. Y en la nave no hay café. Enfurruñado se encaramó al mástil de la mayor para no tener que hablar con nadie.
Seguimos tan lejos de todo que no nos alcanza la luz de ninguna galaxia. Se diría que el Universo no hubiese existido nunca. Sin referencia alguna la única forma de salir de este desierto es avanzar siempre, y en línea recta. Nos fue muy útil para ello la brújula que le salio de premio a mi compañero en un huevo Kinder. Una mínima desviación de una décima de grado en nuestro rumbo y acabaríamos navegando en espiral, perdidos para siempre en este laberinto sin paredes.
Cuando ya empezaba a estar harto de un horizonte, un cénit y un nadir tan monótonamente oscuros que sus saltones ojos comenzaban a atrofiarse, Sozzap gritó desde la cofa con su voz melodiosa:
-¡Luzzzzzzzz! Estoy seguro. Veo luz.
No alucinaba. Era el Quasar de Alejandría. Los habitantes de Ribera de Smenta para orientar a los navegantes habían remodelado un faro descrito por un tal Herodoto, sustituyendo la fogata del original por un reluciente quasar y la lupa del fanal por una lente gravitacional.
Al arribar al astropuerto de Buena Esperanza nos impusieron el arete de oro con el que condecoran a todos los que culminan con éxito tan peligrosa singladura. Siguiendo la tradición pirata me colgué el pendiente en el lóbulo de mi oreja derecha (la izquierda la perdí las pasadas Navidades). Sozzap prefirió otra parte para enganchar el arete y ahora se queja de que le roza continuamente.
Para festejar el final feliz de este viaje Sozzap entona la marcha con que amenizaba las maniobras la Quinta del 84 en la Academia Aeroespacial:

“Me he apuntado de astronauta
y a ver si así suena la flauta
hemos llegado a la luna
un poco antes de la una
al salir al exterior
vuelvo a sentir ese picor
cien millones de espectadores
y yo sin poder rascarme los cojones


Y es que me pica un huevo
no sé qué voy a hacer
no sé qué puedo hacer”






jueves, 5 de abril de 2012

DIARIOS ESTELARES. EDICION SALMÓN

ESPECULACIONES SOBRE EL TIEMPO Y LA RELATIVIDAD


El planeta OING es un paraíso fiscal que pertenece al mismo Sistema Solar que el planeta Chancho.
Nos dirigimos a una de sus sucursales bancarias para abrir una cuenta naranja. Nos atendió el Sr. Aserejé que se nos presentó como nuestro asesor financiero. En pocos minutos nos explicó como funcionaba su sistema de especulación. Tendríamos que depositar 10000 belarminos (la divisa oficial de la República de OING) en una libreta de plazo fijo. A continuación deberíamos emprender un viaje a mayor velocidad que la luz hasta los confines de la galaxia y regresar. Para nosotros habría transcurrido apenas un mes pero en tiempo OING habrían pasado mil años, por esas paradojas de la relatividad. Y los intereses de mil años suponen una pasta gansa.
Sozzap desparramó todas las monedas de su hucha en la mesa de aquel despacho. Sozzap por carecer carece hasta de personalidad jurídica por lo que no le permitieron contratar la cuenta, así que tuve que firmar yo aquel contrato, con sangre.
Seguimos las instrucciones al pie de la letra, emprendimos el viaje y al regreso actualizamos aquella libreta. Éramos ricos.
Animados por la experiencia, reinvertimos capital e intereses y repetimos la operación. Al cuarto viaje no había dinero en toda la galaxia para pagarnos. Aun así, por ver que pasaba, decidimos emprender una última expedición.
A nuestro regreso fuimos recibidos en aquella oficina por un tristón empleado vestido con manguitos y visera de celuloide. Nos explicó que un golpe de Estado había abolido la República y Aserejé I había sido nombrado emperador. Entre otras medidas había decretado la devaluación de la moneda, un corralito financiero, y los antiguos belarminos habían sido canjeados por los nuevos mortadelos al cambio de 1 gogol de belarminos por cada mortadelo. Lo habíamos perdido todo.
Aquel desesperado cajero nos relataba los hechos con lágrimas en los ojos. Era una víctima más de aquella situación.
Sozzap tuvo entonces un gesto que le honra. Antes de abandonar la sucursal con la cabeza muy alta, dejó olvidada, disimuladamente para no ofender la dignidad de aquel pobre hombre, su bolsa de la merienda junto a la ventanilla. ¡Con lo que a él le gustan los Tigretones y las Panteras Rosa!