Me gusta, a veces, quedarme varado en el Mar de los Sargazos, o mejor aún, en el Mar de la Tranquilidad, donde mis velas aguardan que las despliegue un viento solar que nunca llega.
Me gusta flotar a la deriva entre las nieblas de la Isla de San Borondón, o de San Balandrán que tanto monta.
No reconozco más patria que Avalon y, aunque el Monte de Venus es una cumbre inalcanzable, me encanta acariciar la Cabellera de Berenice y broncearme al sol de Aldebarán. Deseo atravesar enamorado el Puente de los Suspiros.
Y sé muy bien que el lugar más triste del mundo es el Pozo de las Mujeres Muertas.
Y tú, ¿por qué Geografías te pierdes?