martes, 29 de noviembre de 2011

DIARIOS ESTELARES IV

POR LOS ALEDAÑOS DE ANDRÓMEDA
En la nave no hay arriba ni abajo. Un diseñador quiso aparentar una ficción de verticalidad pintando lo que convinimos en llamar suelo de negro y lo que llamaremos techo de color blanco.
Me irrita no tener una base sólida sobre la que afirmar mis pies. Todo ha de estar atado y bien atado o volará por los aires. Nada permanece donde lo dejaste. Ni siquiera tú despiertas donde te acostaste.
Sozzap me recuerda que hemos de controlar la altura de mis luces de galibo antes de penetrar en el próximo túnel del tiempo.
Entono otro de los himnos del cosmódromo:

“Cerco un centro di gravitá permanente
che non mi faccia mai canviare
idea sulle cose sulla gente”





Franco Battiato: Centro di Gravità Permanente

2 comentarios:

  1. Sí, muy apropiado el señor Battiato para este tipo de situaciones. De todos modos, no debe de estar mal eso de andar flotando un rato sin recurrir a los psicotrópicos...

    ResponderEliminar
  2. Sí, si miras fijamente el choque de dos galaxias el efecto es el mismo que el de una tortilla de optalidones.

    ResponderEliminar